Claves para armar el CV Volver

Mi expectativa: ¿la de mis padres?

Escuché, muchas veces, la consulta inicial de jóvenes que buscaban su salida laboral luego de recibirse.
Contaban con una buena capacitación y ninguna experiencia, por lo tanto el mundo del trabajo se les presentaba como una gran incógnita a resolver.
Sin embargo, había algunas cosas constantes:
• Había que tener un trabajo muy bien rentado
• Tenía que ser en una multinacional y de consumo masivo, preferentemente.
• Debía estar claro el régimen horario, vacaciones y, por supuesto, sueldo y bonus
• No tenía que alterar la calidad de vida disfrutada hasta la fecha
• Caería del cielo, por contactos y ofertas que las empresas les harían directamente…
Así por el estilo, se perfilaba un deseo de retorno de inversión (a ver los economistas, que le expliquen al resto…) inmediato, sin escalas, sin demasiado esfuerzo.
Intenté encontrar una explicación a esto. Es difícil pensar que jóvenes con una buena educación superior puedan creer que todo se consigue fácil y enseguida, porque este es un modo de pensar de una edad evolutiva más infantil…
Algunos casos que conocí me ayudaron a pensar que muchos tenían padres exitosos, para quienes estos temas ya estaban superados y se encontraban en el punto donde algunos de ustedes quieren estar.
Se me ocurre que, sin querer, y como pasa en el seno de cualquier familia, los proyectos e idearios paternales se derraman sobre los hijos.
Al no haber tenido necesidad de trabajar, parecería que gozar de un status económico y existencial confortable es resultado inmediato de recibirse.
Se hace imperioso trababajar esta transición, para que sea lo más amigable pero también lo más realista posible, para que resulte motivadora.