Empezando por el principio

Hoja en blanco. Hay que hacer el CV.

Lo más fácil es pedirle a un hermano o un amigo que ya lo haya hecho.

Y es el primer grave error: empezamos por otro. Es decir, usamos el criterio y el gusto de otra persona. Y también sus desaciertos…

Entonces, aquí van algunos conceptos iniciales:

• El CV me tiene que representar, tiene que decir algo de mí diferente de otra persona (un estudio, un idioma, un estilo, una experiencia de vida…)
• Es una herramienta de mi marketing personal, precisa llegarle a otro con mis mejores condiciones a la vista (eso que me diferencia tiene que verse rápidamente cuando se mira el CV)
• Tiene que ahorrarle tiempo y esfuerzo al selector -mi cliente- (va a estar mucho más satisfecho cuando ve enseguida si vivo cerca, si estoy recibido, si sé idiomas…)
• Por lo tanto, debe ser claro, tiene que verse rápidamente lo que quiero mostrar (lo que estoy buscando)
  Hay que evitar lo OBVIO, recalcando lo ESENCIAL (las palabras que no agregan, como “dirección”, “teléfono”, “título”, “año”…)
• Si nunca trabajé, no debería llevar más que una página (no me viste mejor la cantidad de espacio en blanco que tengo que dejar para tener una extensión mayor)
• Finalmente, es bueno que presente un toque personal (líneas, tipos de letras, colores… alguno o varios, pero que tengan que ver conmigo)
• Y la regla de oro: no copiar los perfiles u objetivos, que aparecen todas iguales y el selector sonríe cuando las lee…

No decir que soy creativo si mi CV se parece al de todos, si no hay nada que le muestre al lector mi habilidad para generar cosas nuevas y distintas del resto (tampoco es obligatorio ser creativo, ni siempre es valorado…)

No puede haber tantas personas proactivas, orientadas a resultados o con perfil altamente resolutivo, con vocación para el trabajo en equipo, y tantas otras fórmulas predecibles de vender lo mismo…