Claves para armar el CV Volver

El día después

Ya rendiste la última materia. Puede que hayas pasado también por la fiesta de graduación. Tu familia les contó a todos que te habías recibido… y hubo reuniones y festejos, lágrimas y felicitaciones… todos los ritos habituales que reflejan el paso a un nuevo status social.
Sin embargo, en medio de esa alegría general, vos tenés un nudo de angustia que te impide disfrutar de ese momento.
Te parece que todos te miran expectantes, como si, de un día para otro, pudieras demostrar tus posibilidades y conquistar ese mundo que te aguarda.
Peor aún, la mayor exigencia está dentro tuyo. En la imperiosa necesidad de poner en hechos toda esa potencialidad para la que estuviste preparándote por años.
Y la verdad es que el significado del rito de iniciación es el de paso de una situación a otra, es un concepto etnológico y de allí la importancia de respetarlo y de reiterarlo.
Un paso es una habilitación, un permiso. No es la conquista total y perfecta del nuevo estado.
Por eso la angustia: porque tenés el ticket de entrada, tal vez el libreto y la obra ensayada, pero estás saliendo por primera vez a escena. Tenés que validar en los hechos lo que aprendiste en teoría.
Y esto, en tu caso, significa conseguir trabajo, ganar mucho dinero, ser exitoso…
¿No te parece que se justifica tu angustia?
Entonces, lo primero que hay que hacer es comprender lo que te pasa. De eso se trata este comentario.
Lo segundo es empezar a caminar despacio pero sin demora, por el nuevo camino que tu título te ha abierto.
Lo tercero, es empezar a buscar un trabajo que te permita expresar tus potencialidades.
Mientras tanto, volvé a repasar esta idea: el permiso es nada más que una posibilidad. Tenés todo el futuro para hacer tu futuro.
La angustia te saca efectividad, te vuelve al pasado, te quita reflejos. Identificar y darle a tu miedo la dimensión exacta, te aliviará y te ayudará a salir adelante.
Así como cursaste una materia atrás de otra, un año siguiendo al anterior, así también construirás un camino de éxito haciendo serenamente las acciones adultas que te lleven allí.